Nassooumi e Ithaisa, el relato de los “Niños que NO existen” pero tienen imágenes en IA
- Agencia EFE

- 19 jun 2024
- 3 Min. de lectura

Carmen del Puerto presenta su libro “Estos niños NO existen”. EFE/Ramón de la Rocha
Ana Santana |
Santa Cruz De Tenerife (EFE).- Nassoumi, Viggo, Ithaisa y Denise son niños supervivientes en un mundo adverso, portan mensajes positivos para el planeta o evidencian la precocidad de la maldad, pero ninguno existe. No porque sean personajes literarios, sino porque les ha dado vida la escritora Carmen del Puerto a partir de imágenes creadas por IA.
Tras publicar “Memorias de una hetaira”, una novela que mezcla personajes ficticios e históricos, el último “parto literario” de Carmen del Puerto es “Estos niños NO existen”, una veintena de relatos protagonizados por niñas y niñas que, inicialmente, eran imágenes generadas por la hija de la autora, Laura Porras del Puerto, dentro de un Máster de Inteligencia Artificial (IA).
“En libros anteriores he escrito sobre personas que sí habían existido, como en la obra de teatro “El honor perdido de Henrietta Leavitt”, centrado en la astrónoma estadounidense de finales de los siglos XIX y principios del XX que nos proporcionó una regla para medir grandes distancias en el Universo”, explica en una entrevista a EFE Carmen del Puerto, quien fue jefa de la Unidad de Comunicación del Instituto de Astrofísica de Canarias hasta octubre de 2022.
Ahora el orden es inverso porque primero fueron las imágenes creadas por Laura Porras “y que tanto me sorprendieron cuando me las mostró, luego ‘los bautizos’ y finalmente, las historias que me inspiraron y con las que quise “visibilizar” diferentes temas que afectan a la infancia y, por extensión, a la humanidad”, detalla la autora.
Lo que sí hay que tener claro es que la Inteligencia Artificial es una herramienta que se ha democratizado, que permite optimizar recursos en infinidad de ámbitos, que “somos los seres humanos quienes podemos poner los límites y que debemos hacerlo bien, explotando los incalculables beneficios que la IA nos ofrece y minimizando los potenciales riesgos y efectos no deseados”.
“No la subestimemos ni en lo bueno ni en lo malo, tampoco sobredimensionemos esta tecnología”, prosigue Carmen del Puerto, para quien no cabe duda de que se trata de otro gran desafío para la humanidad y que habrá que prepararse “para el cambio en nuestras percepciones del mundo”.
No es un libro para niños
De momento, le ha permitido apoyarse en estas imágenes para construir “unos relatos humanos -aclaro que no escritos con IA- y compartir mis sentimientos” y, añade, aunque pueda parecerlo por las imágenes que lo ilustran, “Estos niños NO existen” no es un libro para niños, pero quizá sí para padres, que podrían utilizarlo de alguna forma provechosa con sus hijos.
Los relatos de “Estos niños NO existen” tienen estilos muy distintos, unos más retóricos o poéticos que otros y con mayor o menor carga de ficción. Inventados son todos los nombres propios, que “intenté ajustar a lo que cada mirada, gesto y entorno me sugerían”, y también las historias que las acompañan, aunque obviamente hay referentes reales, como escritores y personajes heroicos, hombres y mujeres, que se mencionan.
La infancia es la gran protagonista de este libro, a veces de forma idealizada y romántica, con personajes dickensianos que luchan por sobrevivir en un mundo que les es adverso, niños invisibles en una sociedad que los ignora o maltrata y otras veces, evidenciando la precocidad de la maldad humana.
Pero en la mayoría de los casos son niños portadores de mensajes positivos, “que tanto necesitamos en nuestro amenazado y castigado planeta”.
Carmen del Puerto, que confiesa que no sabe si escribe bien o mal “pero es una necesidad que tengo que satisfacer”, trabaja actualmente en una antología poética sobre obras de arte y prepara una colección de cuentos sobre la ansiedad.
Además, le gustaría hacer una adaptación teatral de una novela de Irène Némirovsky y “en ningún caso pienso utilizar programas de IA. A lo sumo, puede que para ilustrar alguna portada”, bromea.









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